Aún se recuerda los multitudinarios recitales que se ofrecían también en los salones de Paseo Colón, la Federación Gráfica, el Club Apurímac y el de la Asociación Nacional de Ciegos, sin olvidar los de la Carretera Central, donde muchas agrupaciones cumbiamberas nacionales iniciaron su carrera artística, hasta tocar con sus notas y prestigio el cielo del reconocimiento.
Los tiempos han cambiado, nos dijo Humberto Rodríguez, un aficionado fanático de este género musical peruano, pues “si antes los cultivadores de estos vídeos dejaban ir sus pasiones, dando rienda suelta, no pocas veces se a su desenfreno, ahora es diferente, ya que hoy todos los sectores sociales la bailan, acudiendo incluso para hacerlo a la Carretera Central o al cono norte”.